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Ofensiva (neo)colonial en la República Democrática del Congo: ¡Solidaridad con el pueblo congoleño!

COMUNICADO DE PRENSA

 

Ginebra, 26 de febrero de 2025

 

De conformidad con su lucha de larga data contra el (neo)colonialismo y por la liberación de los pueblos de todo el mundo de las cadenas de la opresión, el CETIM expresa su solidaridad con el pueblo congoleño, que se enfrenta a una ofensiva de las milicias paramilitares apoyadas directamente por Ruanda, país satélite de las potencias imperialistas en la región.

 

Tras tomar la ciudad de Goma, capital de la región de Kivu Norte, a finales de enero, el 18 de febrero la ofensiva militar invadió y conquistó la ciudad de Bukavu, capital de Kivu Sur y segunda ciudad más poblada de la región oriental del país. No en vano, estas dos regiones albergan cerca del 80% de las reservas mundiales de cobalto, entre el 20 y el 30% de las de coltán, cerca del 38% de las de tierras raras, por no hablar de las enormes reservas de oro, diamantes, cobre, litio y uranio.

 

Los paramilitares y los soldados ruandeses presentes en el país extraen estos recursos y metales preciosos de los territorios congoleños ocupados, para luego transportalos ilegalmente a Ruanda. De este modo, alimentan las cadenas de suministro controladas por las empresas transnacionales y el gobierno de Kigali, que exportan estas riquezas a los países occidentales. En este sentido, cabe señalar que la Comisión Europea ha firmado un memorando de entendimiento con el gobierno ruandés para el suministro sostenible de minerales estratégicos, que de hecho se incautan ilegalmente en la RDC. Por si fuera poco, el memorando también asigna fondos para el establecimiento de infraestructuras de refinado de recursos, así como para la entrega de conocimientos y tecnologías punteras de extracción y procesamiento.

 

En las zonas ocupadas, el precio de los alimentos básicos ha subido más de un 100% debido a la escasez de suministros derivada de la guerra. Las personas más afectadas por la violencia son las mujeres y los niños, y también las comunidades campesinas y rurales que viven y trabajan en las zonas ocupadas. A este respecto, les invitamos a leer el comunicado de prensa de La Vía Campesina, el movimiento campesino mundial, que cuenta con organizaciones miembros en la región y también en la RDC.

 

Según las cifras de la agencia humanitaria de la ONU en la RDC, alrededor de 500.000 personas se han visto obligadas a desplazarse como consecuencia de la violencia, en una zona que ya alberga a casi 5 millones de desplazados internos. Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), 4,5 millones de niños menores de cinco años y 3,7 millones de mujeres embarazadas y lactantes corren el riesgo de sufrir desnutrición aguda en los próximos cinco meses en la zona.

 

Esta enésima iniciativa depredadora contra la RDC y su pueblo se inscribe en la voluntad de las élites dominantes -de la región y del extranjero- de controlar los ricos recursos naturales del subsuelo congoleño. Estos recursos, conviene recordarlo, son absolutamente fundamentales para los actuales procesos de acumulación capitalista, alimentados por las empresas transnacionales y sus aliados políticos. Más aún en estos tiempos de revoluciones tecnocientíficas y de carrera mundial por la primacía tecnológica y comercial. Hay que decirlo claramente, las grandes potencias imperialistas, principalmente Estados Unidos y la Unión Europea, son corresponsables de esta situación, de las masacres y, de facto, de la invasión de un Estado (Congo) por otro (Ruanda).

 

Hay que señalar que el intervencionismo ruandés no exonera en absoluto al gobierno congoleño, que ha permitido que la situación se enconara durante muchos años. De hecho, esta última administración, al igual que la anterior, se caracteriza por una práctica política antisocial e igualmente depredadora, que protege los intereses de las élites locales corruptas y de las empresas transnacionales extranjeras.

 

El pueblo congoleño necesita la solidaridad internacional y toda iniciativa de incidencia para poner fin a esta guerra de saqueo (neo)colonial y reclamar su derecho a la autodeterminación. Las empresas transnacionales deben rendir cuentas por las violaciones de los derechos humanos y por sus acciones destructivas; lo que está en juego son la soberanía nacional y popular. El protocolo Unión Europea-Ruanda, que regula la importación de tierras raras de un país que no las tiene y las expolia de un país vecino, debe ser derogado, inmediatamente y sin condiciones. Y, por último, los órganos y mecanismos competentes de la ONU deben actuar y adoptar medidas eficaces con respecto a Ruanda para que respecte sus compromisos internacionales. Sobre este tema, véase la resolución adoptada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

 

Contacto:
Raffaele Morgantini, Representante del CETIM ante la ONU, raffaele@cetim.ch, +41796606514