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Cómo se negociará la entrega*

Sobre la Cumbre de la OMC en Buenos Aires, Argentina

 

La Onceava Conferencia Ministerial de la OMC tiene una agenda cargada de intereses vies para el futuro de gran parte de la población mundial, con temas como la agricultura, el comercio electrónico, la pesca y, en general, “el desarrollo».

 

En todas estas áreas hay intereses enfrentados, exportadores contra importadores de alimentos en el caso agrícola (y exportadores subdesarrollados contra los subsidios agrícolas de los países ricos), transnaciona contra Estados en el caso del comercio electrónico, y países pobres contra países ricos en torno al “desarrollo”.

 

Como los intereses en juego son tantos y la vieja práctica de negociar en secreto está desacreditada, el Director General de la OMC, el brasileño Roberto Azevedo, dijo a los miembros en Ginebra antes de la CM11 que:

 

«En el proceso de la reunión, será evidente la apertura, la transparencia y la inclusión”. Agregó que los “facilitadores” (ministros de comercio de diversos países seleccionados a dedo por Azevedo y Susana Malcorra, presidenta de la reunión) “tratarán de celebrar reuniones abiertas. Todos los miembros que quieran participar tendrán la oportunidad de hacerlo”.

 

Así, el programa oficial de los tres días de conferencia prevé “plenarios”, donde los ministros harán sus discursos (generalmente ante un auditorio vacío o casi) a partir de las 10 de la mañana, y que se extenderán todo el día ( la parte pública de la conferencia, trasmitida por webcast, que consiste en la lectura de discursos pre-preparados de más de cien países), y reuniones consecutivas, en paralelo, de una hora cada una: Agricultura, Servicios y Desarrollo el lunes de mañana. Comercio electrónico y Pesca el lunes de tarde, y de nuevo “Desarrollo” el martes a las 9 de la mañana, son muchos los que quieren participar.

 

A las ocho de la noche del lunes habrá “reuniones informa” (a puertas cerradas) de Jefes de delegación (en general los ministros).

 

Estas reuniones, segun Azevedo, “serán una oportunidad para que los facilitadores informen a todos sobre su trabajo y serán una oportunidad para que cada ministro participe en cada tema y evalúe el progreso logrado en las diferentes áreas. Incluso si no ha asistido a una reunión sobre un tema en particular, tendrá la oportunidad de hacer oír sus opiniones en las reuniones de Jefes de Delegación”.

 

Azevedo prometió que “si bien realizaré consultas en Buenos Aires para ayudar en el proceso donde pueda, permítanme hacer hincapié en que no convocaré reuniones de negociación a puertas cerradas…”. En conferencias pasadas los temas realmente polémicos se negociaban en las llamadas “salas verdes” (“green rooms”), en general cuartos de hotel, fuera del local oficial de la conferencia, entre ministros invitados sin que nadie supiera de antemano la agenda o quienes serían los elegidos para negociar acuerdos que después el plenario debía aceptar sin haber sido arte ni parte.

 

Sin embargo, en las “sesiones facilitadas” de una hora se ha pedido a los ministros que hagan discursos de 3 minutos cada uno sobre una cuestión en particular. Esto significa que si bien muchos se harán oír, las negociaciones no ocurrirán en las sesiones facilitadas.

 

Fuentes diplomáticas sostienen que el plan para llegar a algún acuerdo en la CM11 es realizar consultas en los formatos de “green room” cada noche, en principio entre las 22.00 y la medianoche, pero con posibilidad de extenderse el amanecer si no hay humo blanco. No se sabe quién presidirá estas reuniones de sala verde, qué países podrán participar en estas negociaciones, ni quién seleccionará estos países.

 

Esto obviamente rompe las promesas que Azevedo hizo y genera las condiciones para la entrega de los intereses de los pueblos en sesiones secretas con participantes secretos que no rinden cuentas a nadie, y que el miérco 13 llevarán a la presidenta Malcorra a presentar al último plenario público un texto “consensuado”, bajo la consigna de “tómelo o… quede como el responsable del fracaso de la Conferencia”.

 

* Autor: José Pedro Ramírez.